Preguntas frecuentes sobre ortodoncia infantil

Como adultos tenemos muy claro cuándo necesitamos la ortodoncia. Vemos nuestros dientes mal colocados y sin espacio, y enseguida somos conscientes del efecto poco estético que esto provoca en nuestra sonrisa y la dificultad en ocasiones para realizar una correcta higiene. En niños o incluso adolescentes se suelen generar más dudas, ya que entran en juego factores como el recambio dental (con dientes de leche surgen dudas sobre su necesidad) y el crecimiento óseo. Además, ciertos problemas que en la infancia se solucionan con ortodoncia necesitan tratamientos quirúrgicos más complejos cuando el desarrollo se ha completado. Hoy vamos a responder a preguntas frecuentes sobre ortodoncia infantil:

¿A qué edad podemos empezar un tratamiento de ortodoncia infantil?

En general, el tratamiento de ortodoncia empieza cuando ya han salido los dientes definitivos. La edad varía según el desarrollo de cada niño, pero orientativamente puede ser a los 11-12 años. La realidad es que las necesidades de cada niño/niña son individuales y las alteraciones de crecimiento pueden obligar a iniciar el tratamiento en edades tempranas, a los 6-7 años, por ejemplo en lo que se conoce como mordida cruzada, o por asimetría ósea.

Cabe destacar que la ortodoncia a una edad temprana, en el caso de necesitarla, es más eficaz que si esperamos a la edad adulta. Por eso la prevención en estos casos y un diagnóstico precoz pueden evitar un tratamiento más difícil y largo en un futuro.

¿Qué tipos de ortodoncia existen?

Hay básicamente dos tipos de ortodoncia infantil, que dependerán de la edad del niño y de cuál sea el problema a tratar.

La ortodoncia interceptiva, ya mencionada, se suele utilizar para prevenir y tratar problemas relacionados con la posición de los huesos maxilares, pero no sirve para cualquier alteración o problema. Por norma general se trata de aparatos de ortodoncia removibles, es decir, de quita y pon.

Se deben llevar un mínimo de entre 4 y 6 horas diarias y durante la noche, aunque es importante remarcar que el tratamiento será más rápido y efectivo cuantas más horas al día se lleve puesto.

Por otro lado, la ortodoncia fija está indicada cuando ya han salido todos los dientes definitivos (excepto las muelas del juicio, que pueden salir mucho más tarde durante la edad adulta). Son conocidos como brackets, y los más solicitados son los brackets estéticos fabricados en materiales cerámicos.

¿Cuánto dura un tratamiento de ortodoncia infantil?

La duración del tratamiento dependerá de diferentes factores, como la edad del niño, el tipo de problema, e incluso la disciplina del paciente en el caso de la ortodoncia removible.

Lo que sí es seguro es que cuanto antes se inicie el tratamiento, más rápido y efectivo será, como hemos comentado antes, ya que los huesos todavía son moldeables y la posición de los dientes se corrige con más facilidad. Normalmente el tratamiento debería durar entre 12 y 30 meses.

¿Qué cuidados especiales necesitan los niños que llevan ortodoncia?

Es extremadamente importante la higiene dental en un niño que lleva ortodoncia, ya que los restos de comida que se acumulan en los brackets favorecen la acumulación de placa dental y la aparición de caries.

En el caso de aparatos removibles, tienen que cepillarse los dientes antes de colocarlos y cuando se los quitan. También hay que prestar atención a la limpieza del propio aparato.

¿Todavía tiene dudas? Pregunte a su dentista de confianza en Clínica Dental Equipo Asensio Aguado, en Toledo.

Nervio dental y dolor de muelas

Todos hemos escuchado alguna vez la expresión “Es peor que un dolor de muelas”. Este dolor está producido normalmente por un nervio dental dañado en la pulpa de las piezas molares. Vamos a ver qué causa el dolor y cómo se previene y se trata esta afección.

¿De dónde viene el dolor de muelas?

Inflamación de la pulpa

En la parte más interna de cada diente hay un área denominada pulpa.

La pulpa es un complejo vasculonervioso que contiene:

  • La sangre
  • El suministro
  • El nervio del diente

La pulpitis es una afección que causa una inflamación dolorosa de la pulpa. Puede ocurrir en uno o más dientes y es causada por bacterias que invaden la pulpa del diente, provocando su hinchazón.

Hay dos formas de pulpitis: reversible e irreversible.

  • La pulpitis reversible se refiere a casos en los que la inflamación es leve y la pulpa del diente permanece lo suficientemente sana como para salvarla y revertir la inflamación. La pulpitis irreversible ocurre cuando la inflamación y otros síntomas, como el dolor, son severos y no se puede salvar la pulpa.
  • La pulpitis irreversible puede provocar un tipo de infección llamada absceso periapical. Esta infección se desarrolla en la raíz del diente, donde provoca la formación de una bolsa de pus. Si no se trata, esta infección puede extenderse a otras partes, como son los senos nasales o el hueso alveolar.

Síntomas de la pulpitis

Ambos tipos de pulpitis causan dolor, aunque el dolor causado por la pulpitis reversible puede ser más leve y producirse sólo al comer. El dolor asociado con la pulpitis irreversible suele ser más severo y ocurrir durante el día y la noche.

Otros síntomas de ambas formas de pulpitis incluyen:

  • Inflamación
  • Sensibilidad a los alimentos fríos y calientes
  • Sensibilidad a los alimentos muy dulces

La pulpitis irreversible puede incluir síntomas adicionales de infección, como fiebre, ganglios linfáticos inflamados, mal aliento y, en consecuencia, mal sabor de boca.

¿Cómo se produce el dolor?

En un diente sano, las capas de esmalte y dentina protegen a la pulpa de infecciones. La pulpitis ocurre cuando estas capas protectoras se ven comprometidas, lo que permite que las bacterias lleguen a la pulpa y provoquen inflamación. La pulpa permanece atrapada dentro de las paredes del diente, por lo que dicha inflamación causa presión y dolor, además de infección.

Las capas de esmalte y dentina pueden dañarse por varias posibles causas como son la caries, un traumatismo en el diente, una fractura del diente que deja expuesta la pulpa, un trauma repetitivo causado por problemas dentales, como son la desalineación de la mandíbula o bruxismo.

Cualquier cosa que aumente el riesgo de caries o tener ciertas afecciones médicas, como diabetes, puede aumentar el riesgo de pulpitis.

Los niños y los adultos mayores también pueden tener un mayor riesgo, pero esto está determinado en gran medida por la calidad del cuidado dental y los hábitos de higiene bucal.

Los hábitos de estilo de vida también pueden aumentar el riesgo de pulpitis, como son los malos hábitos de higiene bucal, no cepillarse los dientes después de las comidas y no acudir al dentista para revisiones regulares, comer una dieta alta en azúcar o consumir alimentos y bebidas que promuevan la caries dental, como los carbohidratos refinados, tener una profesión o pasatiempo que aumente el riesgo de impacto en la boca, como son los deportes de impacto como el boxeo o el hockey, y el bruxismo crónico.

Diagnóstico

  1. Para diagnosticar correctamente una pulpitis, el dentista examinará los dientes. y tomará una o más radiografías para determinar el grado de caries e inflamación de los dientes.
  2. También puede realizar una prueba de sensibilidad para ver si se siente dolor o malestar cuando el diente entra en contacto con estímulos calientes, fríos o dulces. El alcance y la duración de la reacción a los estímulos pueden ayudar al odontólogo a decidir si la pulpa se ha visto afectada.
  3. Una prueba adicional de percusión en los dientes, utilizando un instrumento liviano y sin filo para golpear suavemente el diente afectado, puede ayudar al dentista a determinar el alcance de la inflamación.

Tratamiento

Los posibles tratamientos varían dependiendo de si la pulpitis es reversible o irreversible.

En una pulpitis reversible, el tratamiento de la causa de la inflamación debería resolver los síntomas. Por ejemplo, si existe una caries, al eliminar el área cariada y restaurarla con un relleno, se debería aliviar el dolor.

En cambio, ante una pulpitis irreversible, el odontólogo puede recomendar la necesidad de eliminar el nervio del diente afectado. Si es posible, el diente puede salvarse mediante un procedimiento llamado endodoncia. La primera parte de este tratamiento de conductos, se denomina pulpectomía y consiste en la extracción de la pulpa, dejando el resto del diente intacto. Una vez que se extrae la pulpa, el área hueca dentro del diente se desinfecta, se rellena y se sella.
Si este tratamiento no es viable por la situación de la pieza, será necesario extraer todo el diente.

¿Cómo calmar el dolor?

El manejo del dolor, tanto antes como después del tratamiento, generalmente se realiza con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos alivian el dolor y la inflamación. El odontólogo prescribirá el analgésico y la dosis adecuada para cada caso.

La pulpitis a menudo se puede evitar practicando una buena higiene bucal y visitando al dentista con regularidad.

También puede ayudar a evitar la pulpitis eliminar o reducir de nuestra dieta los dulces, los refrescos azucarados y los caramelos.

Si se padece bruxismo, un protector dental también puede ayudar a proteger los dientes.

Es importante consultar con el odontólogo lo antes posible si aparece algún dolor en la boca. Si existe una pulpitis, tratarla temprano puede ayudar a prevenir que se convierta en irreversible, siendo el tratamiento más complicado y el pronóstico peor.

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Queilitis angular: causas y tratamiento de las boqueras

La queilitis angular, más comúnmente conocida como boqueras, es una afección de la piel que cursa con dolor e inflamación y cuya causa más común es la infección por cándida.

Se presenta como parches rojizos y fisurados en las uniones de los labios superior e inferior, es decir en las comisuras de la boca. Puede aparecer en una de las comisuras o en ambas a la vez, aunque por lo general es bilateral.

Generalmente se produce de forma secundaria a la supresión inmunitaria, que puede ser local o sistémica, incluidos los extremos de edad, recién nacidos y ancianos, enfermedades inmunocomprometidas y el uso crónico de esteroides y antibióticos sistémicos

Estas lesiones suelen ser molestas y dolorosas. La humedad debida a la acumulación de saliva en las comisuras de la boca favorece el crecimiento del hongo Candida, que es una de sus causas.

Causas de las boqueras

Existen algunos hábitos que pueden contribuir a que exista una acumulación de saliva en la zona y en consecuencia las comisuras estén permanentemente húmedas y aparezca las boqueras o queilitis angular de manera crónica:

  • El uso de dentaduras postizas.
  • Humedecer los labios de manera continua.
  • Morderse las comisuras.
  • Las arrugas faciales en las comisuras y a lo largo del pliegue nasolabial.

Es un hallazgo común en pacientes que han perdido múltiples dientes posteriores provocando que la mordida se colapse y se produzca la pérdida de la dimensión vertical de la oclusión, de modo que las mejillas se doblan sobre sí mismas en las esquinas.

Otras causas: los déficits nutricionales

También se ve en pacientes con déficits nutricionales. Las deficiencias de hierro, ácido fólico, tiamina, riboflavina y vitamina B12 también son factores de riesgo relacionados con la aparición de boqueras.

Las boqueras también pueden aparecer cuando los labios están secos y agrietados por cualquier causa. La toma de medicamentos que producen sequedad oral también son un factor de riesgo para la aparición de estas lesiones.

Síntomas de las boqueras

La queilitis angular o boqueras pueden provocar los siguientes síntomas y signos en las comisuras de la boca:

  • Grietas y fisuras dolorosas que empeoran al abrir la boca
  • Ampollas, erosiones, supuración y formación de costras
  • Enrojecimiento y oscurecimiento de la piel
  • Sangrado

Origen de la queilitis angular: hongos y herpes labial

Es importante diferenciar las boqueras producidas por hongos de las producidas por un herpes labial. La infección por cándida solo afecta las comisuras de la boca. En cambio, el herpes labial se puede presentar en cualquier lugar a lo largo del labio o la línea del labio y no generalmente en ambas comisuras de la boca de manera simultánea.

El herpes labial suele comenzar con picor o dolor que da lugar a la aparición de un conjunto de ampollas pequeñas y dolorosas. A diferencia de la queilitis angular, el herpes labial es contagioso y puede transmitirse a otra persona a través del contacto cercano. El virus del herpes simple causa herpes labial, pudiendo ser tratado con medicamentos antivirales.

Tratamiento para las boqueras

El diagnóstico de la boquera se realiza clínicamente basándonos en la historia clínica y el examen. El cultivo de muestras tomadas de las comisuras de la boca puede revelar la presencia del hongo cándida, pero también infección por estafilococo aureus y herpes simple (herpes labial). La biopsia de piel no suele ser necesaria.

En la mayoría de los casos, no se necesitan tratamiento específico, resolviéndose por sí solas al poco tiempo.

Como medidas generales cabe destacar el mantener una buena hidratación general, usar bálsamo labial espeso aplicándolo con frecuencia y usar antisépticos tópicos para evitar sobreinfecciones.

Como medidas específicas, según la causa, las opciones de tratamiento oral y tópico dependerán del origen principal.

Es importante que el médico o el odontólogo diagnostique bien la causa de la infección, ya que las infecciones por hongos, por ejemplo, no responderán a los antibióticos.

En la mayoría de los casos, se puede determinar si la infección es bacteriana o se debe a un hongo observando el área afectada. También tomando una muestra de la comisura de la boca y realizando un cultivo se puede establecer el crecimiento de hongos, bacterias o virus.

Dependiendo de los resultados, el médico o el odontólogo prescribirá antibiótico tópico durante 1 o 2 semanas, medicamentos antimicóticos aplicados en las comisuras de la boca 3 veces al día durante 2 semanas o un medicamento antiviral oral.

En combinación con el tratamiento antimicrobiano, también se puede recetar un corticoide tópico de dosis baja si la piel está significativamente inflamada para así ayudar a reducir la hinchazón y colaborando en la curación de la lesión.

Si no desaparecen por sí solas, generalmente sí son curables y rara vez producen cicatrices o pigmentación permanente de la piel. La mejoría de la lesión generalmente se ve en los primeros días de tratamiento y generalmente se resuelve en dos semanas.

La aparición repetida de queilitis angular o boqueras es común, especialmente en aquellos casos donde los factores de riesgo no se corrigen.

Es importante mantener el área limpia y seca. Hay que evitar chupar el área y no permitir que la saliva se asiente en las comisuras de la boca.

Rectificar dentaduras postizas mal ajustadas y corregir una maloclusión ayudará a evitar que la aparición de boqueras sea recurrente.

Los rellenos inyectables como el colágeno o ácido hialurónico, también pueden ayudar a mantener tersos los labios caídos, elevando las comisuras y en consecuencia evitando que se produzcan pliegues donde sea más propensa la acumulación de saliva.

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Cómo tener los dientes blancos siempre, en 10 pasos

El color de nuestros dientes se encuentra entre los temas más demandados a nivel bucal. Por eso mismo queríamos hacer un artículo con algunos consejos para poder mantener nuestra sonrisa blanca a corto y largo plazo.

En casa podemos seguir unos hábitos de higiene bucodental que nos permitan mantener nuestros dientes más blancos durante mucho tiempo. A su vez, existen determinados tratamientos para blanquear tus dientes que harán que consigas el tono que deseas o que más se adecúe a tus características.

Pero, antes de entrar en detalle, queremos explicarte qué son los tonos de blanco en tus dientes y por qué tus dientes pueden quedar manchados con el paso del tiempo.

Tonos de blanco en los dientes

Existen cuatro rangos diferentes que dividen el color de los dientes y que nos sirven como guía. Se tratan de los A (marrón rojizo), B (amarillo rojizo), C (gris) y D (gris rojizo).
Cada rango dispone de niveles diferentes de claridad y oscuridad. Estos niveles, junto a este rango, conforman un cuadro en el que se encuentran y representan todos los posibles colores que pueden disponer un diente.

Por otro lado, se debe tener claro que, alrededor del 70% de la población, dispone de dientes naturales que se encuentran en rangos de blanco promedio (denominados como A3).

¿Por qué se manchan los dientes?

Las manchas en los dientes pueden aparecer por múltiples razones. Un deterioro en nuestro esmalte hará que nuestros dientes se vean más amarillos. Los alimentos ácidos, el bruxismo o cepillarnos los dientes con gran fuerza puede deteriorar nuestro esmalte y hacer que nuestros dientes pierdan su color natural.

Por otra parte, el consumo de alimentos como café, el alcohol o hábitos como fumar, hará que nuestros dientes se vean marrones.

Finalmente, también pueden aparecer manchas blancas en nuestra dentadura si disponemos de zonas descalcificadas. Esto puede anunciar que nuestro diente tendrá una caries futura. A su vez, el uso de productos de manera inapropiada con exceso de flúor en los niños puede provocarles manchas blancas por fluororis dental.

Consejos para conseguir los dientes blancos

Cuidar nuestros hábitos de higiene bucodental, nuestra alimentación, evitar hábitos nocivos como fumar o beber alcohol… son algunos de los consejos que harán que nuestra boca luzca en perfecto estado. No hay que olvidarse que se debe visitar al dentista cada 6 meses o, como mínimo, una vez al año para que nuestro cuidado bucodental sea perfecto.

A continuación te desarrollamos en profundidad los sencillos pasos que debes realizar para que tus dientes permanezcan lo más blancos posibles durante el máximo tiempo.

1. Cuida tu limpieza bucal

Como bien sabemos, la limpieza bucal diaria junto con limpiezas bucales profesionales periódicas son las principales herramientas para acabar con el sarro y la placa de nuestros dientes. Estos dos componentes pueden hacer que se vean los dientes de un color amarillento debido a la película adherente que forma encima del diente. Por lo tanto, la limpieza tendrá un papel muy importante para que nuestros dientes siempre se mantengan blancos.

2. ¡Cuidado con los alimentos que manchan tus dientes!

Como bien sabemos, hay alimentos que, al masticarlos, pueden variar la coloración natural de los dientes. Entre ellos se encuentran los más comunes como el café, el té y los vinos (tinto y blanco).

No obstante, no podemos olvidarnos de algunos no tan conocidos pero que, sin lugar a dudas, pueden decolorar tu sonrisa. En este caso hablamos de alimentos ácidos como la naranja y el limón, frutas y verduras con colores intensos como las frambuesas y la remolacha, los refrescos carbonatados, las bebidas energéticas y algunas salsas como el ketchup y la salsa de soja.

Por lo tanto, intenta evitar estos alimentos y, si lo consumes, realiza una buena higiene bucal justo después. Una buena práctica sería usar una pajita para evitar que el líquido esté en contacto con los dientes frontales. Lee este artículo si quieres saber cómo cepillarte los dientes correctamente.

3. Añade a tu dieta alimentos que tengan propiedades blanqueadoras

Cómo tener los dientes blancos

Acabamos de ver alimentos que pueden manchar nuestra dentadura, pero ¿existen alimentos que puedan contribuir a su blanqueamiento? La respuesta es que sí.
Entre ellos encontramos:

  • El brócoli y la coliflor: requieren mucha masticación, haciendo que el cuerpo segregue más saliva y actúe como un limpiador natural.
  • Las fresas: contienen una enzima que hace que los dientes estén más blancos.
  • Los lácteos: su ácido láctico fortalecen el esmalte de los dientes y los blanquea.
  • Las manzanas: al masticarlas limpiamos la boca.
  • El apio: contribuye a mantener los dientes blanco y las encías sanas.

4. Las propiedades del vinagre de manzana

El vinagre de manzana tiene propiedades blanqueadoras naturales. Aunque los resultados no sean instantáneos, realizar enjuagues durante varias semanas con vinagre de manzana nos ayudará a eliminar las manchas y blanquear los dientes. No obstante, hemos de utilizar esta técnica con moderación ya que su uso excesivo podría dañar los dientes debido a su concentración ácida.

5. Cambia el cepillo dental cada 3 meses

Tu cepillo de dientes manual o tu cabezal en un cepillo eléctrico debe ser cambiado en un máximo de tres meses. Se trata de un elemento que dispone de multitud de bacterias que trasladarás a tu boca, además de perder eficacia en tu cepillado diario.

6. Evita cepillarte con fuerza

Un cepillado agresivo hará que tu esmalte sufra y, por tanto, tus dientes se puedan volver más amarillos. Debes vigilar que las cerdas de tu cepillo, además de que estén en perfecto estado, no apliquen demasiada fuerza a tus dientes.

7. Utiliza hilo dental

Al menos una vez al día. Eliminarás restos de alimentos de tus dientes, muelas y encías que quedaban ocultos o bien no se han podido eliminar con el cepillado.

8. Enjuágate con colutorios

La utilización de colutorios o enjuagues bucales eliminará las bacterias restantes de tu boca tras el cepillado además de proporcionarte un aliento fresco y una sensación de limpieza. Recuerda que también puedes utilizar una pasta de dientes blanqueadora una o dos veces a la semana para evitar el color amarillento.

9. Mantén limpia tu lengua

Además de los puntos anteriores, es esencial que cuidemos y mantengamos la higiene de nuestra lengua. Para ello podemos utilizar raspadores de lengua por las mañanas, de esta manera eliminaremos la placa bacteriana generada durante la noche mientras dormimos.

10. ¿Tienes los dientes muy manchados?

Si tienes los dientes muy manchados o amarillentos y no mejoran con estos consejos que te hemos dado, da el paso y realízate un blanqueamiento dental. Una vez realizado el blanqueamiento, ¡no te olvides de aplicar estos consejos que te hemos dado!

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Miedo al dentista: cómo superarlo en niños y adultos

La ansiedad y miedo al dentista son extremadamente comunes. Las personas que la sufren, a menudo posponen la visita al dentista durante años o incluso décadas, tolerando infecciones, dolor o incluso dientes rotos y antiestéticos.

Las personas que acuden muy tensas al dentista, tienden a tener un umbral de dolor más bajo. Esto significa que pueden sentir dolor con mayor facilidad en comparación con otras personas. Es posible que necesiten anestesia adicional u otros tratamientos para el dolor.

¿Cuáles son las razones de tener miedo al dentista?

Las principales razones para desarrollar este miedo al dentista son el miedo al dolor, los sentimientos de impotencia y pérdida de control, la vergüenza o las experiencias negativas del pasado.

Cómo identificar la fobia de ir al dentista

¿Crees que sufres ansiedad por ir al dentista? Algunos signos que podrían significar que sufres ansiedad dental son:

  • Sudoración.
  • Aumento del ritmo cardiaco.
  • Nerviosismo.
  • Bajada de la presión arterial.

Intentar superar el miedo de ir al dentista es importante para mantener una higiene dental correcta, evitando la placa y el sarro y previniendo enfermedades. En la mayoría de los casos es posible que las personas superen la fobia por su cuenta, buscando asesoramiento o encontrando un dentista adecuado.

Consejos para superar el miedo a ir al dentista

Los siguientes consejos pueden ayudar a superar el miedo a ir al dentista:

  • Acudir acompañado con alguien de confianza
  • Buscar una distracción, como escuchar música
  • Realizar técnicas de relajación como la respiración controlada o la relajación muscular progresiva
  • Valorar junto con el dentista la posibilidad de usar sedación para realizar el tratamiento

Qué hacer cuando son niños quienes tienen miedo al dentista

Cuando son los niños los que tienen miedo al dentista, es importante que los padres eviten contarles sus propias aprensiones, y prepararlos para las visitas al dentista con información positiva sobre qué se van a encontrar.

Por ejemplo, una buena práctica es no retrasar la primera visita al dentista. Siempre es recomendable tener un primer contacto temprano eligiendo, además, un profesional que transmita seguridad.

El uso frecuente de refuerzos positivos para elogiar a los niños después de comportarse bien en la consulta del dentista puede influir en su comportamiento durante el resto de la visita o en las futuras visitas.

Por ello, si el niño coopera y completa con éxito el procedimiento, es importante recompensarlo con algún regalo o elogios verbales para demostrar que se está agradecido y orgulloso de su esfuerzo y buen comportamiento.

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Absceso dental y periapical: qué es y tratamientos

Un absceso dental es una acumulación de pus alrededor de la raíz de un diente causada, generalmente, por una infección de tipo bacteriano que se ha extendido desde el diente a los tejidos circundantes.

Este tipo de patología necesita tratamiento urgente por parte del odontólogo, ya que un absceso dental no desaparecerá por sí solo.

Tipos de absceso dental

Existen varios tipos de abscesos dentales, los cuáles en función de sus características tendrán mayor o menor gravedad y los síntomas estarán localizados en diferentes zonas:

  • Absceso gingival: el absceso se encuentra únicamente en el tejido de la encía y no afecta al diente ni al ligamento periodontal.
  • Absceso periodontal: este absceso comienza en las estructuras de tejido óseo de soporte de los dientes.
  • Absceso periapical: este absceso comienza en la pulpa blanda del diente.

Causas y síntomas de los abscesos periapicales

Los abscesos periapicales tienen como causa principal la caries dental. En primer lugar, la caries comienza afectando la capa más exterior del diente, el esmalte, mientras avanza y va afectando el resto de capas del diente.

Tras el esmalte, la capa que se ve afectada es la dentina. Si la caries continúa, se verá afectada la pulpa interna del diente, llegando a infectarse si no se trata.

Este proceso se conoce como pulpitis. A medida que la pulpitis empeora, las bacterias pueden llegar al hueso que rodea al diente, llegando a provocar la aparición del absceso periapical.

El principal síntoma de un absceso dental es el dolor. Puede ser un dolor punzante y, a menudo, intenso. El dolor puede comenzar de forma repentina y volverse más intenso durante las siguientes horas o días. En algunos casos el dolor puede irradiarse al oído y al cuello.

Otros signos de un absceso dental pueden ser:

  • Dolor intenso de un diente o dolor en la encía adyacente
  • Enrojecimiento dentro de la boca
  • Sensibilidad a alimentos y bebidas fríos o calientes en el área afectada
  • Mal sabor de boca
  • Dificultad para abrir la boca y masticar alimentos
  • Inflamación del lado de la cara afectado
  • Sensación de malestar general
  • Fiebre

¿Cómo se desarrolla un absceso dental?

El cuerpo ataca cualquier tipo de infección con la formación de una gran cantidad de glóbulos blancos. El pus es la acumulación de esos glóbulos blancos, tejido muerto y bacterias. En ciertas ocasiones, el pus de una infección dental se propaga desde la punta de la raíz a través del hueso hasta las encías, de modo que las encías se hinchan cerca de la raíz del diente. La inflamación provocada por el acúmulo de pus suele ser la causa de un dolor intenso y constante que empeora al masticar.

Dependiendo de la ubicación del diente, la infección puede extenderse más a los tejidos blandos provocando lo que se denomina celulitis, causando inflamación en el hueso maxilar o en la mandíbula, en el piso de la boca o en el área de las mejillas. Eventualmente, el tejido puede romperse permitiendo que el pus drene hacia el exterior.

El tratamiento de un absceso debe realizarse de inmediato para minimizar las posibilidades de propagación de la infección, drenando el pus, lo que puede requerir la extracción del diente o un tratamiento de conductos o endodoncia. Los antibióticos ayudan a inactivar la infección, pero lo más importante es eliminar la causa de dicha infección que, en el caso de los abscesos periapicales, suele ser la pulpa enferma del diente.

Tratamientos para el absceso periapical

Cualquier persona con síntomas relacionados con un absceso dental debe consultar a un odontólogo de inmediato. Si no se puede ir a un dentista, es recomendable visitar a un médico de familia.

El médico no podrá tratar el absceso, pero puede recetar antibióticos y analgésicos, y aconsejar sobre el cuidado personal y el control del dolor hasta que el odontólogo pueda realizar el tratamiento necesario. En caso de que tengas dudas, te recomendamos que hables con un especialista para que atienda tu consulta.

Los abscesos dentales, pueden requerir en primer lugar, de su drenaje. Para ellos, tras la aplicación de un anestésico local, se procederá a la incisión del absceso permitiendo la salida del pus acumulado

Absceso dental y endodoncia

El tratamiento específico de un absceso periapical puede implicar la endodoncia o el tratamiento de conductos para eliminar la pulpa afectada del diente, que es la que ha provocado la aparición del absceso. En ocasiones, si el diente está muy destruido, el tratamiento de conductos no podrá realizarse, siendo el tratamiento de elección la extracción de la pieza dentaria y la posibles colocación de un implante.

El manejo del dolor mediante paracetamol, ibuprofeno o aspirina en estos casos pueden ayudar a reducirlo mientras se espera a recibir el tratamiento adecuado. Siempre es importante seguir cuidadosamente el prospecto del medicamento. Los analgésicos solo deben tomarse para reducir el dolor y no pueden reemplazar la visita al dentista.

Para evitar que la infección se propague, el médico de cabecera o el odontólogo prescribirán antibióticos, pudiéndose tomar junto con analgésicos.

Los abscesos pueden provocar una serie de complicaciones, complicaciones que normalmente solo ocurren si el absceso no se trata. Sin embargo, pueden darse incluso después de un tratamiento aparentemente efectivo, aunque suele ser muy raro. Estas posibles complicaciones incluyen el desarrollo de quistes dentales, osteomielitis o sinusitis maxilar.

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Estomatitis: tipos, causas y tratamientos

La estomatitis es el término general para describir una boca inflamada, dolorida y con presencia de úlceras bucales. Puede alterar la capacidad de una persona para comer y hablar.

La estomatitis puede ocurrir en cualquier parte de la boca, incluyendo el interior de las mejillas, la encía, la lengua, los labios y el paladar.

Causas de la estomatitis

la estomatitis

Sus causas son muy variables. A continuación veremos algunas de las principales:

  • Infección local: sufrir una infección en una herida, llaga o rozadura en la boca puede desencadenar en estomatitis.
  • Enfermedad sistémica: padecer una enfermedad que afecte a los tejidos y órganos puede ser otra de las causas.
  • Un irritante físico o químico: causado por un producto o sustancia que pueda dañar la boca.
  • Una reacción alérgica: las alergias, en función de cómo afecten a la persona en cuestión, podrían provocar esta inflamación.
  • Estrés: aunque parezca que no tienen relación entre sí, el estrés también puede ser una de las causas de la estomatitis.

En muchos casos las causas son idiopáticas (irrupción espontánea de causa desconocida).

Además infecciones como la candidiasis o la mononucleosis pueden ser causas de estomatitis, que se muestran por ejemplo, con la aparición de manchas rojas en el paladar.

Sus diferentes tipos

Existen diferentes tipos de estomatitis en función de cómo se presentan sus síntomas:

  • Estomatitis aftosa: Se caracteriza por la presencia de úlceras blancas o amarillentas con un anillo externo rojo. Generalmente, aparecen en las mejillas, la lengua o el interior del labio.
  • Estomatitis herpética: Se caracteriza por la presencia de llagas llenas de líquido que se producen en o alrededor de los labios. Rara vez se forman en las encías o en el paladar. Se suelen asociar con síntomas de hormigueo, sensibilidad o ardor antes de que aparezcan las úlceras.
  • Estomatitis angular: También conocida como queilitis angular es una condición que causa manchas rojas e inflamadas en las comisuras de la boca donde los labios se juntan y forman un ángulo. Puede aparecer en un lado de la boca o en ambos lados al mismo tiempo.

Tratamientos necesarios

El tratamiento de la estomatitis depende en gran medida de la causa que la provoca, por lo que como medida principal habría que tratar dicha causa mediante medicamentos específicos si la causa es por infección viral, bacteriana o por hongos.

Pero si la causa se desconoce, el tratamiento debe ir encaminado a aliviar los síntomas. Si tienes dudas sobre cuál puede ser la causa de estomatitis, te recomendamos que pidas una cita online para que uno de nuestros especialistas pueda ofrecerte el mejor diagnóstico personalizado.

Los tratamientos destinados a aliviar los síntomas de la estomatitis pueden incluir:

  • Un aumento en el consumo de líquidos.
  • Toma de analgésicos como el paracetamol para la fiebre y el dolor.
  • Medicamentos tópicos para disminuir el dolor.

Además, es importante no dejar de mantener una buena higiene oral para evitar una sobre infección secundaria y usar agentes tópicos o enjuagues como anestésicos, coberturas protectoras o incluso antiinflamatorios.

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¿Qué es y cómo se trata la sobremordida?

La sobremordida es una maloclusión donde los dientes superiores frontales sobresalen excesivamente sobre los dientes inferiores.

Este tipo de maloclusión es a menudo hereditaria. La forma de la mandíbula, como otras características físicas, puede transmitirse de generación en generación. Los hábitos infantiles, como chuparse el dedo y el uso de chupetes, son otras posibles causas de la sobremordida.

Hábitos infantiles

La succión del pulgar se conoce como comportamiento de succión no nutritiva, lo que significa que el movimiento de succión no proporciona ninguna nutrición como lo haría con la lactancia. Cuando este hábito continúa más allá de los 3 o 4 años o cuando aparecen los dientes permanentes, la presión creada por la succión y el dedo pueden hacer que los dientes permanentes entren en un ángulo anormal.

El uso del chupete es otra forma de succión no nutritiva. Puede causar una sobremordida de la misma manera que chupando el pulgar.

Empuje de la lengua

El empuje de la lengua ocurre cuando la lengua presiona los dientes frontales hacia delante. Si bien esto generalmente da lugar a una maloclusión conocida como mordida abierta, a veces también puede causar una sobremordida.

La condición es más común en niños, pero puede continuar hasta la edad adulta. Puede ser causada por varias cosas, como amígdalas crónicamente inflamadas y malos hábitos de deglución. En adultos, el estrés también puede provocarlo, y algunos adultos empujan su lengua durante el sueño.

Problemas que causa la sobremordida

La sobremordida puede causar problemas de salud dependiendo de su gravedad. Entre ellos se encuentran:

  • Impedimentos en el habla.
  • Problemas respiratorios.
  • Deficiencias de masticación.
  • Daño a otros dientes y encías.
  • Dolor al masticar o morder.
  • Alteraciones en la apariencia de la cara.

Tratamiento de la sobremordida: ortodoncia

A menos que la sobremordida sea severa y cause problemas serios, el tratamiento no es médicamente necesario. Si existe un problema con la estética y la apariencia de la sonrisa, habrá que visitar al ortodoncista quien determinará el mejor plan de tratamiento según la situación.

Tratamiento con brackets

El tratamiento de ortodoncia con brackets es el tratamiento más común, consiguiendo con el tiempo mover gradualmente los dientes y obtener una sonrisa más armónica.

A veces, cuando el maxilar superior es demasiado pequeño para acomodar los dientes permanentes, se necesita expandir el paladar. Este procedimiento se realiza con un aparato especial que consta de dos piezas que se adhieren a los molares superiores y un tornillo de expansión que va separando las dos piezas gradualmente para ensanchar el paladar.

Ortodoncia invisible

La ortodoncia invisible puede usarse también para tratar este tipo de maloclusiones en adolescentes y adultos. Este tipo de tratamiento consiste en ir colocando una serie de alineadores de plástico transparente, los cuales están hechos a medida y van cambiando gradualmente la posición de los dientes.

Cirugía ortognática

La cirugía ortognática se usa para tratar problemas graves, sobre todo en casos donde ya no hay crecimiento, para conseguir corregir la relación entre los maxilares superior e inferior.

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Todo lo que debes saber sobre la resina dental

¿A qué se le llama resina dental?

La resina dental se utiliza para reemplazar una parte cariada o ausente de su estructura.

Está compuesta de materiales de restauración del mismo color del diente. Su apariencia estética es la principal ventaja sobre otros materiales de relleno como es la amalgama de plata convencional.

La resina compuesta típica se conforma por una matriz a base de resina y un relleno inorgánico como el sílice. El relleno le da al material unas propiedades mecánicas mejoradas, como es la resistencia al desgaste y la translucidez.

La mayoría de los composites utilizados en odontología son materiales híbridos, así llamados porque están compuestos por diferentes materiales con diferentes composiciones, diferentes tamaños de partículas y diferentes porcentajes de relleno.

Criterios para elegir el tipo de resina dental

La elección clínica por parte del odontólogo de un composite u otro, depende de si se debe dar prioridad a los requisitos mecánicos o a los requisitos estéticos:

Criterios mecánicos

Las consideraciones mecánicas son primordiales ya que la cavidad a tratar es de un diente que soporta muchas cargas de masticación, se elegirá el material con el mayor volumen de relleno.

Criterios estéticos

Si lo importante es la estética, por deberse a un tratamiento en un diente frontal, el tamaño de la partícula será el factor más importante. Componentes adicionales como opaquers y tintes permiten mejorar los resultados estéticos de los tratamientos con resinas compuestas. Asimismo, debido a la realización de otros tratamientos, como es el blanqueamiento dental, se han tenido que diseñar materiales compuestos en tonalidades más adecuadas a las situaciones cromáticas especiales que se encuentran en los dientes tratados con estos métodos.

Propiedades la resina dental frente a otros materiales

En la actualidad, los composites han adquirido sin duda un lugar destacado entre los materiales de obturación utilizados en las técnicas directas. Al tener muchas posibilidades estéticas dan lugar también a una amplia variedad de indicaciones terapéuticas. Además, la restauración con estos materiales permite conservar mejor la estructura del diente porque se retienen mediante métodos adhesivos en lugar de depender solo del diseño de la cavidad como ocurre con las reconstrucciones con amalgama de plata.

Ventajas

Las indicaciones de restauraciones con este tipo de material son muy amplias, prácticamente se pueden utilizar en todos los tipos de cavidades siempre que se pueda lograr un buen aislamiento y exista suficiente estructura dentaria para lograr una buena retención.

Reconstrucción estética

La principales ventajas de las restauraciones con estos materiales es que son extremadamente estéticas imitando la estructura dental perdida.

Buena unión de los componentes del diente

Además, la unión al esmalte y la dentina es muy buena logrando una gran retención, lo que resulta en una remoción mínima de la estructura del diente.

Las preparaciones pueden ser específicas del defecto, es decir, no se requiere que la preparación se extienda más allá de la extensión del defecto para el éxito de la restauración.

Biocompatibilidad

Las restauraciones con resinas compuestas se consideran más biocompatibles que las de amalgamas de plata, además no son tan conductoras de calor como las amalgamas dentales.

Durabilidad

Por último, presentan muy buena longevidad cuando se colocan correctamente.

Desventajas

Existen una serie de contraindicaciones relativas como son las restauraciones posteriores grandes donde hay que cubrir las cúspides de los molares, también si no existe suficiente estructura dentaria para lograr retención o en personas con alto riesgo de caries situaciones de caries desenfrenada o caries a nivel de la raíz.

Como contraindicación absoluta está el que no se pueda lograr un control de campo adecuado ya que si esto no se consigue la restauración fracasará seguro.

Técnica del odontólogo depurada

Otro de sus inconvenientes es que este material de restauración es bastante sensible a la técnica.

Material hidrofóbico

Además es hidrofóbico por lo que se debe asegurar que la cavidad está seca para que el resultado de la restauración sea óptimo.

Necesidad de una correcta polimerización

Las resinas compuestas deben polimerizarse adecuadamente. Además se pueden producir más desgaste y filtraciones que con otros materiales de restauración directos y puede decolorarse con el tiempo.

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Las microcarillas y carillas dentales

¿QUÉ SON LAS CARILLAS?

Las carillas dentales tienen como objetivo mejorar la forma y posición de los dientes y mejorar el color. Es un tratamiento muy requerido últimamente debido a las altas peticiones estéticas en la población en general. Las carillas son un elemento artificial que se coloca en la parte delantera del diente y de esa manera tapamos los cambios de color y variamos su forma.

Carillas dentales
¿DE QUÉ MATERIAL SUELEN SER?

Los materiales de las carillas que generalmente se suelen hacer son el composite o la cerámica.

  • Las carillas de composite se realizan manualmente en clínica y directamente en boca del paciente. En la misma sesión se les da la forma adecuada y se pulen para obtener una estética adecuada. Las carillas de composite requieren una ligera preparación para compensar el grosor de la carilla y de esta manera evitar que se vean muy gruesas.
  • Las carillas de cerámica requieren una ligera preparación del diente para mejorar su adhesión y compensar también el grosor y se preparan en laboratorio para después adherirlas en los dientes.
    Ventajas e inconvenientes.
    En general las carillas de cerámica son las más usadas por su calidad estética, no suelen mancharse y no se rompen fácilmente, aunque se pueden despegar, es una situación poco habitual. La única desventaja es que , según el caso, requieren una preparación del diente mayor que las carillas de composite.

Cuando hablamos de preparación nos referimos a una ligera reducción del grosor del diente para compensar el grosor de la carilla.

¿QUÉ SON LAS MICROCARILLAS?

Las microcarillas son unas facetas de cerámica que se colocan en la parte vestibular, es decir, en el frontal de los dientes con el objetivo de mejorar forma y color de los dientes.

El término microcarillas se basa en el mínimo grosor posible de dicha y no hacer ninguna reducción ni preparación del diente, de esta manera se es más conservador y eliminamos la posibilidad de sensibilidad posterior por eliminación del esmalte o parte del mismo.
Suelen tener un grosor muy fino hasta de 0,3 mm, lo cual elimina la preparación del diente.

Como inconvenientes tendría que si el color del diente es muy oscuro o amarillento puede haber cierta traslucidez y en consecuencia no conseguir colores muy blancos o no conseguir las expectativas del paciente.
Otro inconveniente sería que en dientes con malposición, es decir, apiñados o torcidos, al no hacer preparación del diente dicha posición incorrecta se mantendría.

Por último, debido al poco grosor de las microcarillas, y en función de la forma de morder del paciente, aumente la posibilidad de fractura.

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