Displasia fibrosa

Displasia fibrosa

Las enfermedades raras conllevan un doble problema: la dolencia en sí y el desconocimiento. No es fácil encontrar información y en ocasiones tampoco un tratamiento. Por fortuna, cada día se invierte más en este asunto y se mejoran las condiciones de los pacientes. A veces porque se encuentra la cura y en otras ocasiones porque se logra más calidad de vida.

¿Qué es la displasia fibrosa?

La displasia fibrosa es una enfermedad que produce cuando un tejido óseo fibroso similar a una cicatriz remplaza al hueso. Se puede dar en cualquier hueso del cuerpo, solo en uno o en varios. Lo habitual es que aparezca en los del cráneo, la cara, los brazos, las piernas y las costillas. Más adelante profundizaremos algo más en este asunto.

En ocasiones la enfermedad se presenta de manera asintomática, pero en otras puede provocar dolor, deformidades o un riesgo elevado de fractura. Los síntomas dependerán de la parte del cuerpo que esté afectada.

Además, hay que tener en cuenta que la displasia fibrosa puede cursar sola o puede ser parte de los síntomas del conocido como Síndrome McCune-Albright. En este último caso, afecta también al sistema endocrino y a la piel.

De esta enfermedad genética se conocen algunos datos interesantes. Por ejemplo, que no es hereditaria, sino que se produce por alguna alteración durante el embarazo. Es algo extraño, pero las investigaciones han concluido que ocurre por la mutación de un gen.

Lo que provoca dicha mutación es un cambio por así decirlo en el ciclo óseo. Lo habitual es que los huesos se renueven de forma constante, que se descomponga el viejo y se cree el nuevo. Sin embargo, la alteración genética que conlleva esta enfermedad provoca que en lugar de formarse el nuevo hueso, se cree un tejido fibroso parecido a una cicatriz.

¿Qué más te interesa conocer sobre la displasia fibrosa?

Además de todo lo comentado, es interesante conocer que la displasia afecta en el caso de los brazos y las piernas solo a sus huesos largos. También que puede ser de dos tipos:

  • Monostótica. Solo afecta a un hueso.
  • Poliostótica. Se da en varios huesos.

De hecho, los pacientes que sufren el Síndrome de McCune-Albright pueden hacerlo de forma leve o severa. En este último caso, afectará prácticamente a todo el esqueleto.

La displasia fibrosa conlleva dolor, deformidades y fracturas. También puede producir estos otros síntomas:

  • Huesos de las piernas. Puede provocar cojera si tienen un tamaño diferente.
  • Huesos de la cara o del cráneo. Es posible que el paciente padezca sinusitis, pérdida de audición, problemas de visión o dolor de cabeza.

¿Cómo se trata la displasia fibrosa?

La displasia fibrosa no tiene cura, por lo que es necesario tratar sus síntomas. En los casos más leves, la medicación, el ejercicio físico apropiado y la toma de calcio, fósforo y vitamina D, puede ser suficiente. En los más graves, será imprescindible pasar por quirófano.

Como hemos comentado desde el principio, esta enfermedad también puede afectar a los dientes. En el siguiente apartado te mostramos cómo.

¿Cómo afecta la displasia fibrosa a los dientes?

Si la displasia fibrosa se da en los maxilares, puede provocar distintos problemas dentales. Es necesario realizar un buen diagnóstico por imagen para conocer cómo está afectando a los huesos.

Lo normal es que se acuda a la clínica por dolor y por problemas para masticar. El profesional que te atienda analizará tu caso y te mostrará el tratamiento más eficaz para evitar la pérdida de piezas o para reponerlas.

Para máss información pregunte a su dentista de confianza en Clínica Dental Equipo Asensio Aguado, en Toledo.